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El Salto del Tequendama, la caída donde se oxigenan las aguas del río Bogotá

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hace 4 años

 

Soacha, Cundinamarca.  13 de diciembre de 2019

 

Desde la Casa Museo del Salto del Tequendama se puede observar, desde una de sus esquinas, como si fuera un palco en primera fila, la imponente cascada y la caída del agua que no para de sonar. Cerrar los ojos y dedicar varios minutos a escuchar cómo el agua y la naturaleza hablan, es un plan obligado que lejos de los fantasmas y mitos que rodean el Salto, los ciudadanos deberían disfrutar.

 

Son las 6 de la mañana y la misión de los ingenieros de la CAR en este punto de la vereda San Francisco del municipio de Soacha, lugar donde queda el Salto, es echar un vistazo y hacer revisión a los niveles de agua y el llamado caudal ecológico que por aquí pasa. Algunas aves sobrevuelan en medio de la cascada, a lo lejos y en medio de los árboles que rodean el Tequendama, se escucha a algunas dar su canto.

 

El paisaje en esas primeras horas de la mañana no puede ser mejor. No hay ruidos ajenos a esta armonía natural, no se oye gente pasar, el trajín de la autopista sur a unos cuántos kilómetros de allí, tampoco existe. Es como si en ese punto la vida y la imponencia del Salto del Tequendama se abrieran paso, y no hubiese lugar para nada más.

 

Pero recordar el por qué el Salto está ahí, y entender el papel y la función ecológica que confluye en este punto, no es tarea fácil. Para muchos, los olores son el mayor referente de repulsión cuando algunas veces se pasa por allí. Y es precisamente el Ingeniero Aníbal Acosta, Director Operativo del Fondo para las Inversiones Ambientales de la Cuenca del río Bogotá – FIAB, quien resuelve algunas de esas dudas acerca de la importancia ambiental del Salto, por eso asegura: “el Salto del Tequendama cumple una función muy importante en el río Bogotá, ya que es el principal oxigenador natural de las aguas del río que llegan a este punto, si las aguas que llegan ahí fueran relativamente limpias, solamente con el oxígeno que recibe a través del Salto, garantizaríamos que al tener ese oxígeno disuelto estas se pudieran usar para actividades agrícolas y pecuarios, de ahí su importancia ambiental”.

 

Por eso la CAR trabaja en la recuperación del río Bogotá y en la protección del Salto del Tequendama, no solo con importantes obras técnicas desde lo institucional, sino con educación ambiental y herramientas pedagógicas que enseñen a la comunidad cómo contribuir con el cuidado del rio, pues la sinergia entre ellos hace posible que este se convierta en un aliado para los municipios que están aguas abajo y que necesitan que la oxigenación que recibe en esos 257 metros de caída libre, haga un trabajo invaluable y natural. Por eso y más, hoy está declarado como Patrimonio Nacional.

 

Pero esta emblemática cascada también cuenta con ciudadanos que además de aprender de su encanto, se ponen la camiseta para trabajar todos los días junto a entidades como la CAR, para que las comunidades visiten, conozcan y aprendan a ser “Amigos del Salto”. Algunos de ellos como María Victoria Blanco, quien lleva más de diez años trabajando a través de la Fundación Granja Ecológica El Porvenir, asegura que “ese efecto de la presencia del humano en los ecosistemas, los presiona, generando una mayor necesidad de comida, haciendo que las zonas de bosque que regulaban el planeta sean invadidas y se pierda su adecuada función ambiental, es por eso que hoy debemos devolverle algo a nuestro entorno, para eso está la huerta y para eso existe el Salto del Tequendama, para lograr ese equilibrio que aguas abajo también se necesita ”.

 

Hoy día, la Casa Museo cuenta en su interior con la muestra cronológica del río Bogotá, a través de la exposición llamada Ventana Ciudadana. Allí, a través de fotos e información del río apoyada por la CAR, se puede entender el Salto y su comportamiento natural, afectado aún por aguas contaminadas del río. También se encuentra la Granja El Porvenir, que pegadita al Salto del Tequendama, hace las veces de experiencia natural, allí se puede apreciar y conocer sobre las especies de flora o fauna que rodean el Salto, y son la terna perfecta para conocer, recorrer, aprender y valorar la historia de este importante recurso natural. ¡Invitados todos a conocer lo que hay más allá de esta riqueza ambiental!

 

 

 

 

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